"Este libro refleja el estado de ánimo y el contenido de las conversaciones y entrevistas con soldados rebeldes, intelectuales, funcionarios, periodistas y profesores en Cuba durante agosto de 1960." (Mills) El tema recurrente en las ocho "cartas" del Sr. Mills, escritas a un hipotético "yanqui" en nombre de los revolucionarios cubanos, es que los estadounidenses, privados por su propia prensa de cualquier cosa que se parezca remotamente a la verdad sobre el fenómeno Castro, simplemente no comprenden lo que está sucediendo en Cuba. Es más, el Sr. Mills y su coro cubano dicen que los estadounidenses no comprenden la responsabilidad de Wall Street, las grandes corporaciones estadounidenses, el imperialismo yanqui y el Departamento de Estado por el giro de los acontecimientos en Cuba, incluida la aceptación por parte de Castro de la ayuda militar y económica soviética y china. Si bien las cartas pretenden representar las opiniones de los revolucionarios cubanos tal como se transmitieron al autor en una serie de entrevistas realizadas a través de un intérprete con el primer ministro Castro y otros altos líderes cubanos, también ofrece sus propias conclusiones. Entre ellas destacan: "¿Es de extrañar que, en la mente de muchos latinoamericanos inteligentes, Estados Unidos de América represente con frecuencia la tiranía política, la explotación económica, el empobrecimiento continuo y la dominación militar?" y "EU. es una amenaza reaccionaria para cualquier intento genuino de modificar las realidades básicas de Latinoamérica". Para restaurar la posición de Estados Unidos en Cuba y Latinoamérica, el Sr. Mills argumenta que Cuba es nuestra "gran oportunidad"; propone que se olviden todas las tonterías sobre el comunismo en el gobierno cubano y que se ayude a la revolución de Castro en lugar de obstaculizarla. Simultáneamente, escribe, Estados Unidos debería "ayudar activamente a los latinoamericanos a destruir los intereses creados dentro de sus propios países, así como los intereses creados de las corporaciones estadounidenses que ahora operan en estos países". El Sr. Mills ha escrito un libro sumamente inquietante y útil. A través de sus páginas, sus interlocutores cubanos critican sin piedad al yanqui por su estupidez, ceguera y pereza intelectual ante el surgimiento de revoluciones sociales en un mundo hambriento, y por la venalidad criminal de sus grandes corporaciones ávidas de dinero. Captando magníficamente el color, el sabor y la intensidad del pensamiento y la emoción revolucionarios, ha presentado con gran precisión lo que Castro y sus amigos piensan y lo que los lleva a actuar como lo han hecho con respecto a Estados Unidos. Tad Szulc, en The New York Times, 4 de diciembre de 1960.
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"Este libro refleja el estado de ánimo y el contenido de las conversaciones y entrevistas con soldados rebeldes, intelectuales, funcionarios, periodistas y profesores en Cuba durante agosto de 1960." (Mills) El tema recurrente en las ocho "cartas" del Sr. Mills, escritas a un hipotético "yanqui" en nombre de los revolucionarios cubanos, es que los estadounidenses, privados por su propia prensa de cualquier cosa que se parezca remotamente a la verdad sobre el fenómeno Castro, simplemente no comprenden lo que está sucediendo en Cuba. Es más, el Sr. Mills y su coro cubano dicen que los estadounidenses no comprenden la responsabilidad de Wall Street, las grandes corporaciones estadounidenses, el imperialismo yanqui y el Departamento de Estado por el giro de los acontecimientos en Cuba, incluida la aceptación por parte de Castro de la ayuda militar y económica soviética y china. Si bien las cartas pretenden representar las opiniones de los revolucionarios cubanos tal como se transmitieron al autor en una serie de entrevistas realizadas a través de un intérprete con el primer ministro Castro y otros altos líderes cubanos, también ofrece sus propias conclusiones. Entre ellas destacan: "¿Es de extrañar que, en la mente de muchos latinoamericanos inteligentes, Estados Unidos de América represente con frecuencia la tiranía política, la explotación económica, el empobrecimiento continuo y la dominación militar?" y "EU. es una amenaza reaccionaria para cualquier intento genuino de modificar las realidades básicas de Latinoamérica". Para restaurar la posición de Estados Unidos en Cuba y Latinoamérica, el Sr. Mills argumenta que Cuba es nuestra "gran oportunidad"; propone que se olviden todas las tonterías sobre el comunismo en el gobierno cubano y que se ayude a la revolución de Castro en lugar de obstaculizarla. Simultáneamente, escribe, Estados Unidos debería "ayudar activamente a los latinoamericanos a destruir los intereses creados dentro de sus propios países, así como los intereses creados de las corporaciones estadounidenses que ahora operan en estos países". El Sr. Mills ha escrito un libro sumamente inquietante y útil. A través de sus páginas, sus interlocutores cubanos critican sin piedad al yanqui por su estupidez, ceguera y pereza intelectual ante el surgimiento de revoluciones sociales en un mundo hambriento, y por la venalidad criminal de sus grandes corporaciones ávidas de dinero. Captando magníficamente el color, el sabor y la intensidad del pensamiento y la emoción revolucionarios, ha presentado con gran precisión lo que Castro y sus amigos piensan y lo que los lleva a actuar como lo han hecho con respecto a Estados Unidos. Tad Szulc, en The New York Times, 4 de diciembre de 1960.